Mi primera pijamada de incógnito con Nana Yagi. Me dio mucha vergüenza, nos tomamos de la mano y, aunque hicimos el amor, dije: "No quiero volver a casa todavía...". Su cara triste era demasiado linda, así que me quedé a pasar la noche y tomé una, dos, tres tomas con Nana, la persona que más amo en el mundo...