Mi jefa más joven, que siempre fue optimista, era una masoquista que quería que la follaran duro. Después de cuidar a mi jefa, que es sensible al alcohol, y acostarla, me puse lujurioso y la ataqué con un vistazo de sus axilas indefensas y sus bragas, y ella quería mi inigualable polla "más..." y seguía corriéndose una y otra vez.