Los tres estábamos borrachos mientras bebíamos en casa, y nuestro mejor amigo rogó un beso de lengua y, aunque sabíamos que sería un desastre si se descubriera, nuestra lengua y la polla estaban atornilladas en nuestro coño mojado, lo cual estaba tan mojado que no podíamos parar, ¡y no podríamos detenerlo!